lunes, 11 de mayo de 2015

Etapa 5 camino de Santiago en bici: Quintanilla del Monte-Burgos

Poco antes de llegar a Burgos pasamos al lado de los yacimientos de Atapuerca

Hoy el día prometía. Para empezar, saliendo de la casa rural teníamos que toparnos con el perro cabroncete. Se acojonó con mi rugido y fue anécdota. No hizo falta tirarle ninguna de las piedras que llevaba preparadas. El día anterior, el dueño lo paseaba y le dimos las quejas. El tío aún se reía y contaba que a la cartera - que viene en bici - ya la había mordido un par de veces. Para no polemizar no le dije lo que pensaba, que si a mi o a Merche le mordía una buena patada se la llevaba...
Salimos a rodar en manga corta, el calor a las 8 y media ya apretaba.
Y teníamos que superar los Montes de Oca.
La gran duda. ¿Por el camino o por la carretera?
Por el camino sabemos que sí cogemos una etapa en que salen todos a la vez, se hace antipático el circular ente ellos. Además, tantas piedras te pueden hacer caer, o puedes pinchar.
Por la carretera, es estrecha, pasan muchos camiones, el arcén es justito y por tanto es peligroso.

Decidimos probar por el camino desde un principio. Discurre paralelo a la carretera en los primeros compases.
Así pasamos Belorado, luego Tosantos, Espinosa del camino, y ahí probamos la primera gran cuesta de la mañana...y sorteando peregrinos que seguramente han salido de Belorado, un final de etapa muy común en los peregrinos de a pie.



Y el tema se complica cuando pasamos Villafranca Montes de Oca. Para remontar el pueblo hay una cuesta empinadisima. La tomamos por error porque es impracticable para las bicis. Deberíamos haber seguido un poco más allá donde hay una cuesta pero que se puede superar con la bici, montado en ella. Y entonces viene el incidente del día. A Merche se le queda trabada la bici y el manillar se des alinea al tirar de ella. Ocurre subiéndola a mano, al igual que yo la mía. Tenemos que dejarla tirada en medio de esa cuesta con piedras impracticable, ayudarme ella a subir la mía (26 kg de la bici que se suman los 16 kg de las alforjas más mochila), hacen de ella que sea un vehículo de 51 kg. Subirlo casi a pulso en un terreno en ángulo de casi 22 grados de pendiente no es tarea fácil. Subimos la mía arriba - es un tramo de unos 80 m - cojo la herramienta apropiada para corregir la dirección, y la ajustamos...mientras nos pasan peregrinos a uno y otro lado del lugar con la incomodidad que ello supone. 

Superada la prueba, seguimos camino arriba sorteando peregrinos pero con unas cuestas pronunciadas que no dan descanso a nuestras piernas. Empezamos a cansarnos de haber elegido el camino, y cuando llegamos a un punto en que la visión del camino nos hace ver que tenemos casi dos kilómetros en que hay una bajada pronunciada y una subida igual, en que sabemos que no podemos ir montados porque las piedras impiden ir montados so pena de darte el batacazo, y viendo en la lejanía una imagen bella pero que nos deja ver que hay más cuestas pronunciadas a lo lejos sin saber sí podremos subirlas montados o empujando los 50 kg de aparato hacia arriba, decidimos ir en busca de la carretera N120, al pasar por un monumento a los caídos.

En la carretera vamos un par de kilómetros por la carretera antigua sin tráfico. Pero volvemos a la principal con camiones que pasan cerca porque el arcén es mínimo y a veces al cruzársela dos en sentido contrario, impide que el nuestro se pueda apartar ese metro y medio que requiere adelantar un ciclista. Merche se lo toma con calma y va despacio, yo hago lo mismo. No hay que perder la concentracion de ir en línea recta por el mínimo espacio que tenemos de arcén, y que en unos 10 kilómetros se acabará el tramo maldito de los Montes de Oca.
Hacemos un pequeño alto para degustar agua y almendras, y seguimos para parar cerca de la desviación de carretera y tomarnos un par de birras.

El calor empieza a ser insoportable. A la sombra hay unos 33 grados, al sol, imagino que bastantes más. Pero vemos el final cercano, aunque el hambre y el cansancio nos pueden y paramos a comer 10 km antes de Burgos.

Con el estómago lleno, las cosas se ven mejor y reemprendemos la marcha, ahora yendo por un hermoso carril bici paralelo a la N120 . En Castañares, giramos hacia el río, a la izquierda y tomamos un carril bici que nos llevara hasta el centro de Burgos.
Recorremos así el parque le las Fuentes Blancas, un espacio verde maravilloso que tiene Burgos, en paralelo al río, y que incluye hasta una playa ratificáis donde vemos a gente tomando el sol en bañador y alguno en el agua. Hay mucha gente paseando a esas horas, las cinco de la tarde, a pie y en bicicleta.

Un poco más adelante llegamos al hotel. Céntrico. A 700 m de la catedral y toda la zona antigua.

Ducha de relax, descanso ligero y salimos a dar una vuelta y a cenar.
Hemos reservado en Castrojeriz en una casa rural para el día siguiente, y esperamos reponernos convenientemente esta noche para mañana y recorriendo unos 40 km solo, llegar a Castrojeriz donde tocará sesión de lavandería.


Registro del recorrido en endomondo


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