miércoles, 16 de abril de 2014

Por Asturias en moto: 11 a 15 abril del 2014


ESTE AÑO TOCABA ASTURIAS

Lo teníamos programado desde el día de la calçotada a finales de febrero. Se trataba de saber el próximo destino de primavera de éste año. El año pasado estuvimos en el sur, en los alrededores de Úbeda, "perdiéndonos por los cerros de".
Que si Mallorca, que si la zona centro, que si Francia...
Paco dijo: "Iremos a Asturias que conozco un hotel que yo me sé, que nos tratarán de maravilla y el lugar es precioso..."

EN MARCHA...

Dicho y hecho. Cinco motos, ocho personas. Viernes 11 de abril. 7:00 de la mañana. Quedamos como siempre en el área de Jorba, tres motos. De allí recogimos a la cuarta moto en el área de Fraga. Y luego, a la altura de Estella, la quinta moto.

Escuela de hostelería en Gamarra
Juntos todos, y después de comer excelentemente en la escuela de hostelería de Gabarra, tocando a Vitoria, enfilamos hacia Bilbao, y allí tomamos la Autovía dirección Santander y Asturias.
Pronosticaban lluvia, pero se equivocaron felizmente. Destino: Colunga.

EL LUGAR ESCOGIDO: COLUNGA... ¡FANTÁSTICO!

Llegamos cansados después de 12 horas contando paradas, repostajes y comida.
Pero hay que decir que el espectáculo de entrada al hotel, en medio de prados con caballos nos serenó el alma, y de paso nos abrió el apetito a todos.

Alrededores de nuestro hotel en Colunga
Así que ducha, cambio de ropa, y a las ocho y media el transporte que nos llevaba a todos al restaurante del puerto de Lastres, propiedad del hotel, donde degustaríamos la cena, como no, con abundante pescado.

Bandejas de pescado espectaculares...




La botella de sidra no faltó, y por ser el primer día, se complementó con percebes, no tan hermosos como los de Galicia, pero se dejaron comer.

Hablamos pues del día siguiente. De la excursión. Y se decide ir a las montañas.





Así que al día siguiente sábado 12 de abril, Paco nos guía hacia el Angliru.


En la parada previa, degustamos consumiciones y nos pedimos sidra con un lote de quesos, solo para probar. Pero allí prácticamente comíamos. ¡Raciones abundantes a precio muy bueno!

Sol en la cima del Angliru





Y comienza la ascensión al Angliru. Subidas espectaculares en pendiente que estremece pensar que los ciclistas las suben además en competición. Revueltas de 180º que solo se suben en primera en la moto. A medida que subimos aparecen restos de nieve que corta la mitad de la carretera, pero se puede circular. Llegamos hasta arriba, y superamos la bruma y la neblina que nos acompañaban el camino, hasta ver el sol...¡Está despejado!

Juan Carlos nos grabó con su cámara Go Pro bajando el Angliru en la Spyder


Después de respirar, Paco nos encamina a la sorpresa de la comida. Entre los caminos vecinales de paso de un solo coche, vamos a parar a un lugar donde se come debajo de un hórreo.
El pueblo, de sólo cuatro casas, está lleno de gente. Hasta un autocar con una "insersada" dentro se atreve a llegar al lugar. La anécdota la vimos Merche y yo. Un perro que va con una pareja. Va suelto. Se llama coco...Aparece un vecino de la zona y nos pregunta si hemos visto a un gallo suyo que se le ha escapado. Aparece el gallo corriendo por en medio de la plaza...El perro sale disparado hacia el gallo...El gallo corre y debe dar un par de revoloteos para que el perro no le hinque el diente. Detrás del perro su dueña..."Coco...coco, va gritando" Y detrás de la dueña el vecino.
Ni el perro atrapó al gallo, ni la dueña pudo coger al perro, ni el vecino llegaba a poder salvar al gallo...Tres vueltas se dieron a la plaza así...Y luego siguieron en los campos contiguos... Y es entonces cuando uno se lamenta no tener una cámara de video para filmar la escena... Al final no pasó nada. El vecino atrapó al gallo y les pegó una bronca descomunal a los dueños del perro, ... que para desgracia
Carmen entrando debajo del hórreo
nuestra comieron en la mesa contigua...¡Un perro chillón del carajo!. Y si a eso le sumamos que en la otra mesa - había un total de tres debajo del hórreo - fue a parar una familia con otro perro, os podéis imaginar el concierto de ladridos varios mientras degustábamos la excelente comida...
De primero pote ó fabes, de segundo, cabrito ó carne asada, postres caseros muy buenos, sidra a gogo, vino del lugar, cafés y chupitos...¡Todo al increíble precio de 15 € por persona!


Comidos y contentos nos separamos. Unos prefieren retirarse al hotel a descansar. Otros nos decidimos por ver más cosas por la tarde. Y nos vamos a Villaviciosa de donde partimos hacia Ribadesella donde descansamos y bebemos algo, y nos retiramos al hotel de vuelta. Son las 8. Tiempo de darse una ducha y salir de nuevo al restaurante. Todos los días bajábamos al restaurante en un transporte del hotel, ya que hay unos tres km desde Colunga hasta Lastres.

Lastres es un pueblo pequeño pesquero. Salió hace poco en las noticias por haber sido devastado totalmente un restaurante que está en la carretera que linda con el puerto por el azote de las olas. También fue famoso por la serie de TV del Dr Mateo. Las casas están encaramadas en la montaña con una vista privilegiada al mar. A mi me daba la sensación de estar en un pueblo del sur de Italia, en la costa mediterránea. Sobre todo con las luces de sus casas por la noche.

HOY ES 13 Y NOS VAMOS HACIA GALICIA

Después de recorrerse tantos km desde Barcelona, apetece acercarse a Galicia con la sana intención de degustar su marisco. No está demasiado lejos desde Colunga: sólo 190 km.




Y desde Colunga marchamos hasta la ría que definen Borres, Castropol, Vegadeo, de la parte de Asturias, y ya en Galicia, Ribadeo. Siempre me ha encantado ese lugar. Y de mis viajes de pequeño con mis padres guardo un hermoso recuerdo que se torcía cuando para seguir bordeando la costa, debías soportar las estrecheces de un a carretera hacia Finisterre que hoy día están muy superadas con carreteras amplias y bien asfaltadas y autovía.
Es bajamar. Está nublado y brumoso y no se puede apreciar la belleza del lugar como cuando está llena la ría y luce el sol y se refleja en sus aguas e ilumina sus bordes de hierba verde.
Llegamos directamente a Castropol por la autovía. Su campanario erguido mirando a la ría es mucho más vistoso desde la orilla de Ribadeo que se vería luego desde el restaurante.
Seguimos recorriendo el vértice de la ría. Atravesamos Vegadeo y enfilamos a Ribadeo dejando a nuestra izquierda la carretera que va a Lugo

Llegamos a Ribadeo y vamos directos al puerto. Está nublado pero no llueve. Hay hambre y el marisco está apetecible. Entramos en un lugar donde nos metemos entre pecho y espalda una buena mariscada regada con un albariños.

ES HORA DE VER LA COSTA ASTURIANA

Si a la ida habíamos subido por la autovía, a la vuelta hacia Colunga decidimos bajar por la carretera de la costa. Pasamos por muchos pueblos aldea donde se aprecian las buenas casas grandes y espaciosas que todo el mundo disfruta en Asturias. El paisaje me recuerda a Galicia, aunque aquí está todo algo más cuidado. En Galicia es más agreste. No vamos todos. Unos se han quedado en el hotel porque tenían cita con unos amigos. Otros por la tarde después de comer juntos, bajan rápido al hotel de nuevo por la autovía. Nos quedamos sólo tres motos en el empeño. Pero os puedo asegurar que el empeño valió la pena.

Detrás del faro de Luarca

Nos desviamos para entrar en Luarca. Recordaba yo la vista del puerto desde lo alto del faro, y allí fuimos directos. Foto y vista desde lo alto de los acantilados y del horizonte, y marchamos siguiendo la carretera hasta llegar a la playa de la Cueva. ¡Espectacular!
En Asturias las playas son vírgenes todas, no se permite construcciones a pie de playa como en otros lugares de España. Y eso las hace atractivas y esplendorosas.
Playa de Cueva, foto aérea de archivo



Paramos a pie de carretera para tomar algo, en un hotel restaurante cuyos propietarios fueron muy amables con nosotros. Hotel Canero en el municipio de Canero. Junto a la carretera, al lado de la salida hacia la playa de Cueva que tiene el añadido de ser el lugar donde desemboca el rio Esva. Lástima estar tan lejos de sus famosas hoces kilómetros arriba. Allí nos dan algunas indicaciones para ver otras vistas buenas de la zona. Es lugar de paso del camino de Santiago. Y se nos ofrece el hotel para estancias. Es para pensárselo...



Acantilados del faro de Busto


Y allí nos encaminamos. Vamos hacia el faro de Busto, donde hay unos acantilados espectaculares. Es peligroso asomarse y un letrero así nos lo indica. Nos cruzamos en el camino desde Busto hasta el faro - unos 3,5 km - con gente que camina con bastones de senderismo por pistas delimitadas y bien señalizadas para tal fin.
Es un buen lugar sin duda para ejercitarse con esas vistas y esos aires puros cargados de iones negativos tan buenos para la salud.

Pero lo mejor está por llegar. Camino de Cadavedo, a la altura de Santa Marina, hay una desviación hacia un lugar que pocos conocen, que es la playa del silencio. Espectacular playa a modo de istmo de acantilado que sale de la tierra y cierra un espacio semicircular, al cual se puede descender, pero que visto desde arriba es sencillamente majestuoso. Desde luego te quedas en silencio admirándola.


Playa del silencio
Merecía la pena haber dejado atrás en el camino sin bajar a Cudillero, por llegar a éste hermoso lugar. La tarde se nos echa encima, y tenemos aún una hora de vuelta hasta Colunga.
Damos el día por bien aprovechado, en total unos 425 km recorridos optimizando el tiempo entre la subida rápida desde Colunga hacia Ribadeo y la bajada a Colunga, recorriendo lugares bellos y parajes habitados lejos de la autovía.
Nos espera una ducha reconfortante a la llegada al hotel, y el autobús nos viene a recoger a las 20:45 para dejarnos en el restaurante de Lastres. Llevamos sólo dos días en Asturias, y tal parece que llevemos una semana.

HOY LUNES 14 NOS VAMOS A LOS PICOS DE EUROPA

Lunes. Cuatro de los integrantes del grupo se vuelven a Barcelona. Nos quedamos 3 motos, pero estamos dispuestos a hacer que éste viaje se recuerde por mucho tiempo en nuestras retinas.

En ruta pues hacia Cangas de Onís.
A la entrada, el típico puente romano sobre el Sella parece darnos la bienvenida con su gran cruz colgada del centro

Allí paramos y compramos quesos y algún recuerdo, como es el caso del Isidrín, un artilugio eléctrico para escanciar la sidra, que compró Juan Carlos. Mucho ya no nos cabe en las alforjas de la moto, que van llenas de ropa.

Dejamos las motos junto a ese río, tan famoso en sus fiestas de primavera

Sentados en un paso sobre el río
Cangas de Onís









Cangas de Onís, calle central










Seguimos hacia Covadonga próxima parada. Juan Carlos no la conocía. Merche y yo pusimos unas velas acompañadas de buenos deseos familiares.


Basilica









Llegamos hasta el santuario cueva.
Observo a gente que pone las manos en la roca y parece pedir un deseo y rezar.

Santuario en la cueva





Es momento de marchar y seguir ruta.
Pasamos de largo la ascensión a los lagos.
No hay tiempo para ello.

Retrocedemos hasta la carretera desde Covadonga que nos va a encaminar hacia el destino final de mediodía, donde vamos a comer. Arenas de Cabrales.

Poco antes de llegar, hay un paraje donde la vista es magnífica sobre los Picos de Europa, y enfocado queda en el medio el apreciado por los alpinistas Naranco de Bulnes.

No nos resistimos a la tentación de hacernos unas cuantas fotos en ese lugar.


Merche y al fondo la vista del Naranco ó Naranjo de Bulnes

Richi descansando sobre Merche
Espectacular vista del Naranco ó Naranjo de Bulnes (en el centro), también llamado Picu de Urriellu ó "el Picu".
Ahora si, buscamos lugar en Arenas de Cabrales. Nos recomiendan un restaurante de la carretera. El menú bine de precio, 15€, pero la comida no es buena. Es quizás el lugar donde peor hemos comido. Y encima nos lo recomendaron. Las costillas de cabrito, duras y secas. Comentábamos que más de cabrito eran de cabrón...
Parece que cuando estás en un lugar turístico, la calidad baja. No hay esmero a bajo precio.

VOLVEMOS A LA COSTA

Como hay tiempo por delante, nos dirigimos a la costa de nuevo. Malcomidos pero contentos y llevando un día relajado y sin prisas, llegamos a pasar calor en Arenas de Cabrales
Siguiendo por la carretera de la ribera del rio Cares (Peñamellera Alta y Peñamellera Baja), entraremos a la costa por Cantabria.
Ala altura de Panes, donde el rio Cares se funde con el rio Deva, nos vamos a desviar a la izquierda y seguir en ruta pasando al lado de Santillana y llegando al parque natural de Oyambre. Un bello paraje de aguas formado por al menos dos ríos, el Escudo y el Peña Candives, que visto desde la perspectiva de altura de nuestra ruta es realmente impresionante. 

San Vicente de la barquera
San Vicente de la Barquera
Llegados a San Vicente nos dedicamos a compras de recuerdos, y tomamos algo sentados al sol en una terraza junto a la plaza cercana al puerto. Aún es pleamar, y no se puede observar el efecto de las barcas que descansan apoyados en el fondo del estuario final de los ríos, como ocurre con la bajamar. Algo que es imprescindible verse sobretodo atravesando el puente de entrada que viene desde la carretera de Santander.

Desde allí iniciamos el ascenso hasta Colunga, y hacemos otra parada en Llanes. 

                                                                                                      Visitamos su puerto y su playa. Nos subimos a la muralla desde donde en plena tormenta de olas, el espectáculo debería ser dantesco, aunque han colocado unos buenos bloques de hormigón, y el puerto deportivo está protegido por una esclusa de varios metros de altura. Las edificaciones que se ven en este pueblo dan fe de su clase y de haber albergado turismo de categoría. Desde lo alto de la muralla de protección del puerto, casi al final, se pueden observar los "cubos de la memoria" del pintor Agustin Ibarrola. Unos bloques de hormigón pintados a su estilo con varios colores. Una obra que es discutida en algunos sectores. El turismo es muy importante en verano con mucha población de fuera, y sus lugares de copeo nocturno en verano son celebradas por la juventud y por el turismo de paso.
Puerto
Empieza a bajar la luz

Bloques de hormigón añadidos

Saliendo de Llanes no hay tiempo para más. Decidimos sin embargo subir por la carretera de la costa para ir viendo paisajes y reconocer lugares de playa, como la famosa de las Cuevas, que no podemos visitar. Son ya las 19:00, y pasando por Ribadesella donde paramos para tomar algo, seguimos en ruta hacia Colunga, llegando hacia las 19:45 al hotel.
Duchados y descansados, bajamos a cenar a Lastres. Ultima noche. Y de nuevo pescado como plato principal.

El precio del hotel: 79€ por habitación día con dos personas, incluyendo cena abundante y desayuno. Salimos a 39,5€ / persona y dia...Perfecto.

Soy consciente de que hemos visitado lo más característico de Asturias en solo tres días, habiendo recorrido poco más de 1000 km en su interior. Todo muy deprisa porque el tiempo no dio para más.

Me prometo a mi mismo que vamos a volver. Sobretodo para hacer senderismo, hay sitios espectaculares, y está preparado y señalizado para ello.

Y efectuar el recorrido en FEVE (ferrocarril de via estrecha) entre Gijón y Ferrol debe ser espectacular por los parajes.

VOLVEMOS A ORIGEN

Día 15 de abril, martes. Juan Carlos, el administrador de nuestro foro de amigos de Can Am,  quiere llegar a comer a casa. Su mujer le ha enviado una foto por whatsapp  de una cazuela con un guiso de rabo de toro, con el que le quiere obsequiar a la vuelta.
Los que vamos a Catalunya decidimos cortar en Torrelavega hacia Logroño, atravesando el puerto del Escudo. Queremos evitar el intenso tráfico que hay en la autovía entre Santander y Bilbao.
Comemos a 20 km de Logroño en un restaurante de carretera.
Y de ahí hasta casa, haciendo paradas cada 200 km para repostar.
En Alcarrás, Merche y yo cogemos la N-II a Barcelona, y despedimos a Josep María que sigue camino hasta Reus.

Salimos a las 9:30 de la mañana de Colunga y llegamos felizmente a Cerdanyola a las 21:30. 12 horas.
El próximo viaje de éste calibre lo haremos con una parada en medio para dormir, ya que la moto cansa, por mucho que nuestras Spyders sean muy cómodas. Y seguras ante todo.

Casi 2600 km recorridos en total, lo que hace un buen promedio de poco más de 500 km diarios en 5 días.

Puerto del Escudo, Merche y Josep María y nuestra moto