domingo, 10 de mayo de 2015

Etapa 4 camino de Santiago en bici: Santurde-Quintanilla del monte


Entramos en Castilla León, Redecilla del Camino

Hoy, cuarto día y domingo, decidimos hacer una etapa acortada para dar un respiro a nuestras piernas. El día anterior fue duro y mis piernas me lo mostraron. Nunca había tenido un calambre en el muslo y tuve que bajar el músculo contraído con agua caliente de la ducha.
Así qué hoy tocaba relax. Y nada mejor que levantarse a las nueve y media casi, según la luz nos despertó y desayunar tranquilamente.
Decir que dormimos de fábula. Para los que estamos acostumbrados a los ruidos de ciudad, el estar en un entorno de silencio absoluto nos sorprende y es muy reconfortante. Y despertarse con los pajarillos es fabuloso. Es lo que tiene dormir en una casa rural. La dueña del establecimiento nos atendió de maravilla. 
Y todo ello nos anima a concertar otra casa rural para esta noche en un pueblo apartado: Quintanilla del monte, a 1 km desviandose de Villamayor del Río, en la carretera N 120.

Entrada de la casa rural. Saliendo con las bicis preparadas para la etapa

Junto a un puente del río Oja en Santurde de la Rioja, saliendo ya del pueblo
Emprendemos la bajada a Santo Domingo de la calzada hacia las 11. La etapa nos iba a suponer la mitad del recorrido normal de cada día y no había prisa de ningún tipo.
Paramos al lado de la catedral y por las calles del casco viejo nos paseamos. Y emprendemos ruta hacia nuestro destino.
Pasados unos km dejamos Grañón a nuestra izquierda, y un par de kilómetros más adelante, una desagradable sorpresa nos deja conmocionados...
Vemos un cuerpo de un ciervo tirado en la cuneta a nuestra derecha. Está decapitado. Algún desaprensivo cazador ha cobrado su cabeza furtivamente para lucirla " enorgullecido" de su hazaña en su salón de casa, quebrando la vida de un hermoso animal. No me atreví a hacer la foto.

Pronto nos aparece Redecilla del camino, donde hicimos la foto que encabeza este post, y aprovechamos para comprar agua y un par de plátanos. Al poco dejamos atrás Castildelgado y empieza una cuesta prolongada de unos tres kilómetros y al final ya vislumbramos a nuestra derecha Quintanilla del monte. Más abajo tomamos la desviación desde Villamayor del Río. Llegando al pueblo, un perro pequeño pero muy cabroncete, nos persigue en las bicis. Tengo que frenar y emitir un rugido descomunal para que se acojone y nos deje en paz. Y así es.

Llegamos a nuestro destino casa rural La Aldea Encantada. Una cuidada casa en un entorno rural muy acogedora así como su dueña e hija que le ayuda en los fines de semana. La habitación está muy bien, toda restaurada y con detalles de mucho gusto. Después de la ducha de agua caliente fría bajamos a comer al pueblo al único restaurante que hay, caminando bajo un sol de justicia.
Y al pasar por el mismo lugar del perro suelto, la misma historia de los ladridos amenazadores del cabroncete de perro suelto que sale corriendo por piernas cuando le suelto otro rugido al tiempo que me agacho y cojo una piedra y se la tiro.

Comimos bien en el restaurante. Y al retornar de nuevo, la historia del perro se repite, pero cuando me ve y con una piedra en la mano, sale ladrando pero cagando hostias a esconderse. Confío en que mañana cuando salgamos con las bicis cargadas, esté lo suficientemente acojonado como para no molestarnos y que nos provoque una caída.
Tarde relajada viendo una película, jugando al parchís y hablando con los dueños de la casa rural.
Nos vamos a descansar que mañana toca llegar a Burgos y son algo más de 50 km, y nos espera un puerto importante de subida, antes de pasar por el monasterio de San Antón.

Registro del recorrido en endomondo

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