lunes, 9 de junio de 2014

Mis caminatas por la carretera de las aguas en compañía de amigos

Panorámica desde la zona de Av Tibidabo hacia la montaña de San Pedro Mártir, encima de Pedralbes

Como viene siendo habitual en las últimas semanas sobretodo cuando no hacía tanto calor como ahora, un  día de la semana, los jueves preferentemente, hacemos una buena caminata Merche y yo por la carretera de las aguas de Barcelona.

Merche y Richi
Y de cuando en cuando la hacemos con amigos ó familiares,  - Gloria ó mi hermana Celia - y en ésta ocasión que la voy a describir la hicimos con dos amigos comunes de los dos grupos que más frecuentamos, "los niños del barrio", y "los chicos del Poal", Cris y Jordi.

Jordi y Cris
Normalmente no bajamos de los 10 km de recorrido, aunque hemos llegado a hacer recorridos de 16 km caminando, siempre en en ida y retorno desde un punto prefijado.

Registro de endomondo del día: 10 km en menos de dos horas


Es un sendero-pista vetado al tráfico, que transcurre a la altura de la mitad de la montaña de San Pedro Mártir y del Tibidabo, que es el final de la Sierra de Collserola - unos 200 m de altitud -, muy querido por todos los barceloneses que se animan a practicar deporte. Y en éste caso, el deporte más barato es el de transitar por la carretera de las aguas de Barcelona, llamada así porque en sus dos extremos la compañía de las aguas de Barcelona tiene el control de depósitos de abastecimiento de agua, que en su día circulaban por ésta "ruta".

Merche y Cris
Su recorrido va desde Vallcarca hasta la zona de Esplugas cerca de Ciudad Diagonal y abarca unos 18 km en toda su longitud. Casi todo el mundo la recorre desde la Av Tibidabo hacia la zona de Esplugues, pero es interesante saber que continúa hasta Vallcarca.

Barcelona y la montaña de Montjuich

Zona de la Bonanova de Barcelona

Vista de la zona de Vallcarca
Es un verdadero paraíso para hacer ejercicio. No hay tráfico - excepto algún grupo unido de bicicletas que se cree están batiendo records y que llega a incomodar a transeúntes de a pie, que vamos relajados y tranquilos, porque se te aparecen desde una curva a gran velocidad y en grupo de a tres en paralelo sin pensar que hay gente que está caminando tranquilamente - pero por lo demás se hace muy agradable el paseo. No hay desnivel apreciable porque discurre paralela a la ciudad y lo que más destacaría yo es precisamente las vistas...¡Impresionantes! Quizás el tema de las bicicletas, se tendrá que hacer algo para regularlo, porque algún día pasará un accidente.
Ir caminando tranquilamente, hablando, y gozar de la extensa vista de toda Barcelona a tus pies, es un espectáculo que para sí querrían muchos ciudadanos de NY, Londres ó Madrid, que presumen de parques, sin desmerecer la belleza de los suyos: Central Park, Hyde Park ó El Retiro.

Merche y Cris

Nosotros siempre nos acercamos en coche hasta una zona intermedia, que puede ser en los alrededores de la carretera que baja de Vallvidrera. Allí aparcamos, y hacemos la ruta con ida y vuelta hacia Esplugues ó hacia Av Tibidabo.
En dos puntos del recorrido se pasa
por encima de los dos funiculares que hay:
el que sube a Vallvidrera y el que sube al
Tibidabo
Torre de comunicaciones de Collserola,
visible desde todo el recorrido

Curva final antes de llegar a Av Tibidabo


Luego tenemos establecido un premio, que es comer en un restaurante muy poco conocido por lo escondido que está, casi al pie de la torre de comunicaciones.
Después de las mínimo dos horas de ejercicio, sienta bien sentarse en una mesa a la sombra, con unas impresionantes vistas a Barcelona, y disfrutar de una comida a base de escalibada, ensaladas, carnes de todo tipo a la brasa, ... y de sus famosas tortillas de patata.

Cuando empieza el calor nada como una clara en jarra de medio litro que nos prepara muy amablemente el hijo del dueño del restaurante, nada más nos ve llegar con cara de habernos dejado entre 800 y 1000 calorías según el día, en el camino.

Desde aquí animar a otros amigos, que ya saben de nuestra afición, y que pueden compaginar su tiempo con el nuestro, a venirse a caminar, con buen calzado, con ganas de hacer ejercicio, y con ganas de conversar y degustar de carne a la brasa en dicho restaurante, de difícil acceso para coche, y de extraordinaria subida caminando en los últimos metros.




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